El Ayuntamiento de Tapia de Casariego fue fundado por el ilustre don Fernando Fernández Casariego y Rodríguez-Trelles que también financió la construcción del Instituto y de las Escuelas de primera enseñanza. Todos estos edificios están en torno en la plaza de la Constitución y en las proximidades de la Iglesia de San Esteban. En la parte superior de la fachada se lee: «AL CONCEJO DE / TAPIA / FERNANDO FRZ CASARIEGO» y «SE CONSTRUYÓ / EN EL / AÑO DE 1864». El arquitecto elegido fue don Juan María Yáñez Caballero Rodríguez-Trelles. El Ayuntamiento se podría confundir con los otros dos edificios, proyectados por el mismo arquitecto, sino fuera por el almohadillado de pizarra vista de la parte baja de las fachadas norte y sur. El resto de paramentos, excepto pilastras y remates de puertas y ventanas están enlucidos. Las cubiertas exteriores son de pizarra. El edificio es de planta cuadrangular, equilibrado y proporcionado, con una perfecta simetría entre la fachada principal y la posterior, y se organiza en torno a un amplio pasillo central.
Las Escuelas de primera enseñanza fueron fundadas por el ilustre Fernando Fernández Casariego y Rodríguez-Trelles que también financió la construcción del Ayuntamiento y del Instituto. En el remate de la fachada principal una inscripción que reza: «ESCUELAS / DE 1º / ENSEÑANZA» y en al arco central de la fachada una placa con las iniciales «F.F.C». El arquitecto elegido fue don Juan María Yáñez Caballero Rodríguez-Trelles. Fueron edificadas entre 1863-1865 de manera simultánea al Ayuntamiento y antes de iniciarse el Instituto. Las Escuelas están construidas con mampostería irregular de pizarra, exceptúen los arcos de las fachadas principal y posterior y en los cornisamientos. Todas las cubiertas exteriores son de pizarra, dispuestas a doble agua. El edificio es de planta cuadrangular, equilibrado y proporcionado, con una perfecta simetría entre la fachada principal y la posterior. En su interior un gran pasillo regula el espacio de la planta baja. En el piso de arriba destaca el gran salón que años atrás se dedicó a Círculo de Recreo o Casino.
Las aulas o locales estaban separados según los sexos, igual que el resto de Escuelas del concejo, sobre todo las de La Roda. La fachada principal está organizada con tres arcadas de medio punto sobre pilares e impostas. En cambio, el superior con tres vanos, separadas por pilastras, el central de mayor altura remata en arco de medio punto y los laterales son adintelados. Es un edificio ciertamente original, jugando con el contraste en las fachadas, a través de los materiales, pizarra frente a sillería, y de elementos, pilastras frente a pilares. La fachada posterior repite el mismo esquema, aunque el porche fue cerrado en 1970. En una de las fachadas laterales: «PLAZA DE / JUAN DE MAIRENA / […] EGO DEL POETA ANTONIO MACHADO / NACIO EN SEVILLA. 1865 / […] DE TAPIA 1909 / […] MIENTO DE SEVILLA / A STA ANA / SEVILLA». en la otra fachada: «TRAVESIA DE LA / MAESTRA / BERNARDINA CAMPOAMOR».
El Instituto de Tapia de Casariego, al igual que el Ayuntamiento y las Escuelas fue fundado por el ilustre don Fernando Fernández Casariego y Rodríguez-Trelles, Marqués de Casariego y vizconde de Tapia. Todos estos edificios están en la plaza de la Constitución y en las proximidades de la Iglesia de San Esteban. En la parte superior de la fachada se lee: «SEÑAL DE AFECTO A LA / JUVENTUD ESTUDIOSA / FERNANDO FDZ CASARIEGO» y «EDIFICADO EN 1866 Y 67 / AÑO DEL REINADO DE / DOÑA ISABEL II». En la puerta principal una inscripción que reza: «LA JUVENTUD ESTUDIOSA DE ESTE CENTRO DOCENTE AL MARQUÉS DE CASARIEGO / EN EL PRIMER CENTENARIO DE SU MUERTE / 22-III-1974 / TAPIA DE CASARIEGO». En la parte superior de la fachada «INSTITUTO / DE LA / ENSEÑANZA». proyecto fue diseñado por el arquitecto elegido Juan María Yáñez Caballero. El Instituto está construido en mampostería irregular, reforzada con sillares de granito en el pórtico, impostas y basas de las pilastras. Todas las cubiertas exteriores son de pizarra. Es destacado el contraste de la mampostería en las pilastras y ventanas y de los blanqueados de las cuatro fachadas.
El edificio es de planta rectangular, equilibrado y proporcionado. Lo más destacado es la parte baja de la fachada principal, con un porche estructurado con tres arcadas de medio punto que descansan en pilares e impostas de sillería y que reproducen lo visto en el Ayuntamiento. La parte superior trata de imitar la disposición inferior, pero con cierta originalidad, jugando con el contraste de materiales, pizarra frente a sillería, y de elementos, pilastras frente a pilares. Lo más destacado es el segundo cuerpo, estructurado con arcos de medio punto sobre pilastras, todo ello de mampostería de pizarra. Finalmente, en la fachada principal luce dos medallones de la Exposición Universal de Paris de 1878, a la que fueron presentados los proyectos arquitectónicos. Recuerdan el diploma y la medalla de bronce concedidos a la traza y ejecución de los edificios. En el de la izquierda: «REPUBLIQUE FRANCAISE PARIS» y en el de la derecha «EXPOSITION UNIVERSELLE PARIS 1878». El edificio se estructura en torno a un patio central, porticado de dos plantas.
La Casa de Cultura fue inaugurada el 17 de mayo de 2010.
Está ubicada en La Plaza del Mercado Nº 1 y alberga los siguientes servicios:
El Museo “ Los Señor de las Casas Palacio”
Las Oficinas de Las Asociaciones
La casa del Reguero es el edificio más antiguo de la villa de Tapia de Casariego. Hoy en día, ha sido convertida en Casa de Cultura Juan Mairena. Se trata de una de las pocas construcción blasonadas, cuyo escudo de armas luce en la fachada principal, del concejo de Tapia de Casariego, y la única junto a la casa de la Torre en la villa de Tapia. Según diversas fuentes parece que fue construida en 1613. Hoy día, tras la reforma de finales del siglo XX para adaptarla a Casa de Cultura ha perdido su fisonomía original. Está construida con mampostería irregular de pizarra, enlucida de cal-arena y blanqueada, y cubierta con pizarra a cuatro aguas. Las portadas y vanos están reforzadas con sillares de granito. Se trata de una construcción de planta cuadrangular, de doble piso, con varias dependencias interiores. En ella domina la horizontalidad, propia de las construcciones civiles gallegas, cuya influencia está muy extendida por todo el litoral occidental costero. Véase sino los Palacios de Santa María del Villar y el de Cancio, en Casariego.
Lo más destacado del inmueble es la fachada principal, compuesta por una galería sobre pies derechos donde se dispone la entrada y el escudo nobiliario del linaje de los Casariego que pintan sus armas de sinople con una torre de oro (Francisco SARANDESES PÉREZ, Heráldica de los apellidos asturianos, Oviedo, RIDEA, 1966). Todos los vanos son de forma cuadrangular y se distribuyen de forma regular por las fachadas laterales del inmueble. La casa constituye un buen ejemplo de como la arquitectura tradicional puede adaptarse a los espacios urbanos: el edificio mantiene las proporciones y las formas de una casona rural pero se cierra sutilmente al entorno al sustituir los típicos corredores por galerías acristaladas en la fachada posterior. Al mismo tiempo, el ritmo de vanos en las fachadas se regulariza, buscando la composición antes que la adaptación rigurosa a la distribución interior.
No se conoce la fecha en que dieron comienzo las obras, aunque el Palacio ya está documentado en un homenaje al obispo de Oviedo, en 1321. Lo conservado hoy se podría datar hacia el siglo XVI y siguientes. Está situado en pleno camino de Santiago, en el barrio de Villamil de Casariego. El edificio presenta una planta de trazado irregular, compuesta por distintos volúmenes yuxtapuestos. De este modo, no estamos ante el característico Palacio asturiano de Época Moderna, organizado con cuatro crujías en torno a un patio central y una fachada apaisada entre dos torres, sino compuesto por distintos volúmenes que vistos desde el exterior parecen más construcciones tradicionales que un Palacio en sí. La finca está rodeada por una amplia y desarrollada muralla en la que destaca la puerta principal, con un arco de medio punto de sillería sobre pilares e impostas de piedra, flanqueada por pesadas y cuadrangulares torres de mampostería irregular de pizarra. En frente se haya una finca, propiedad de la familia, donde destaca el muro que la rodea y sobre todo la portada de ingreso con elevados pilares con impostas que en su día podrían haber servido de base a un arco de medio punto.
Todo el Palacio está construido con mampostería irregular de pizarra reforzada con sillería en las esquinas de la muralla, pilares de la entrada de la finca y vanos. Toda la cubrición exterior es de pizarra a doble o triple agua, reforzada con teja árabe en las cumbreras y piedras de sección piramidal en la línea de fachada, cuya función era y es evitar posibles desprendimientos. El inmueble muestra una clara dependencia con los pazos gallegos, construcciones solariegas tradicionales, normalmente ubicadas en el campo y residencia de personas importantes, sobre todo de los hidalgos, como atestigua la presencia de una amplia finca o jardín, un palomar y una Capilla. El Palacio de Cancio destaca por su escasa altura, con una planta baja para almacén y servicios y una alta que era la zona noble o de vivienda. Todos los vanos están distribuidos regularmente y son de pequeño tamaño, cerrados con carpintería enrasada. Al exterior presenta un aspecto sólido, compuesto por varios volúmenes cúbicos totalmente desornamentados, con soluciones más próximas la arquitectura tradicional que a las de la arquitectura formal.
La casa de La Veguina fue construida en 1660, según reza la inscripción del dintel de la puerta principal: «IHS MARÍA AÑO DE 1660». Es una construcción edificada con mampostería irregular de pizarra, reforzada con cantería en las esquinas, puertas y ventanas. Las cubiertas exteriores son de pizarra, reforzada con teja árabe en las cumbreras. Es una construcción amurallada que consta de la residencia, propiamente dicha, y un cabazo tipo Mondoñedo. En cambio, no tiene Capilla. En el muro perimetral se abre la portada de acceso al recinto. Destaca la mampostería irregular de pizarra sin enlucir. En el centro se dispone el portalón, en forma de arco de medio punto, sobre pilares, de sillares bien proporcionados y escuadrados. Sobre ella un remate a modo de frontón triangular en cuyo tímpano se labra el escudo con las armas de Villamil y Beldarraín. No faltan las bolas y pirámides de tradición clasicista. Por esta portada se accede a la finca donde le levanta la casa y el cabazo. Como el resto de construcciones palaciegas del concejo, muestra una dependencia con los pazos gallegos, es decir una casa solariega tradicional gallega, caracterizada por su tendencia hacia la horizontalidad, la presencia de jardín y de cabazo.
La casa tiene una planta en forma de U, con un cuerpo horizontal de dos alturas más desván y dos alas laterales, de la misma altura. En el hueco principal se abre la puerta de acceso y un corredor con pies derechos de piedra. Al exterior destaca lo equilibrado de los vanos de la fachada trasera. Como era habitual en estas casas, el piso inferior estaba destinado a almacenamiento e incluso a cuadras y el superior hacía la función de residencia. Junto a la casa está el cabazo. El escudo muestra las armas de Beldarraín y Villamil con la cruz en jefe, acostada de las dos veneras. Bajo ella, en palo, las dos águilas de sable, volantes. En punta, tres fajas de gules, cruzadas por la espada. Las de Beldarraín (de origen guipuzcoano) aparecen por que este linaje pasó a La Veguina por el enlace de don Antonio Belderraín o Ochoa de Salazar con doña Antonio Núñez de Fresno, señora de La Veguina: un castillo de piedra a cuya puerta está atado un lebrel, siniestrado de un pino de su color natural; de sinople, con un ciervo de su color sobre el cual está posada un águila parda que le clava el pico en el lomo.
El Palacio de Campos, también conocido como casona de los Magdalena, por ser sus propietarios durante buena parte del siglo XX, o Palacio de Santa María del Villar, ya que a finales del siglo XVIII el dueño del Palacio era don Joaquín María Miranda- Omaña y Osorio, Marqués de Santa María del Villar, es un buen ejemplo de las construcciones señoriales del litoral occidental costero. Al parecer, sus orígenes se remontan al siglo XV, pero las sucesivas reformas posteriores, sobre todo del XIX, han configurado el edificio tal y como hoy lo vemos. Un conjunto integrado por el Palacio, propiamente dicho, la Capilla fuera del recinto amurallado, las tapias y las huertas y campos que lo circunscriben. El Palacio está construido con mampostería irregular de pizarra, reforzada con sillería en las esquinas, cornisas, jambas, dinteles y antepechos de los vanos. La cubrición exterior es de pizarra, material característico de la arquitectura del occidente de Asturias, sobre la que se colocan piedras de sección piramidal en la línea de fachada, cuya función era y es evitar posibles desprendimientos.
El inmueble muestra una clara dependencia con los pazos gallegos, como atestigua la presencia de una amplia finca o jardín, un palomar y una Capilla. El Palacio de campos destaca por su poca altura, con una planta baja para almacén y servicios y una alta para viviendas. Está organizado en torno a patio central. Los vanos distribuidos regularmente en el primer piso son de pequeño tamaño y se cierran con carpintería enrasada. Al exterior presenta un aspecto sólido, compuesto por varios volúmenes cúbicos, totalmente desornamentados. En la planta baja hay puertas con forma de arco de medio punto. La fachada principal es de escasa altura, con el piso bajo poco peraltado y de aspecto más próximo la arquitectura tradicional que a las soluciones arquitectónicas formales. Por tanto, el Palacio de Campos es un destacado ejemplo de la tendencia constructiva tradicional, caracterizada por el uso de materiales existentes en la zona (pizarra), trabajados con rusticidad y por la acusada sobriedad, sin concesiones a lo ornamental, tan solo interrumpida por escudo de armas en la fachada. Frente al Palacio existe una Capilla.
Fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2005.
El Palacio o torre de Lindoy es un buen ejemplo de la arquitectura solariega asturiana del siglo XVII y el de mayor entidad arquitectónica de la parroquia de Serantes. Está situado a la entrada de la aldea de Villaamil. Al igual que otros conjuntos solariegos del concejo tiene una planta de trazado irregular, compuesta por distintos volúmenes yuxtapuestos. De este modo, no estamos ante el característico Palacio organizado con cuatro crujías en torno a un patio central y una fachada apaisada entre dos torres, sino un solar compuesto por diversos volúmenes que vistos desde el exterior se asemejan más a la arquitectura tradicional. El Palacio está rodeado por una amplia muralla donde se abre la puerta principal. Es un portalón que recuerda a las fortificaciones, con una puerta adintelada flanqueada por pesadas torres de cantería rematadas por bolas y pirámides clasicistas. Todos los volúmenes del interior están construidos con los materiales propios de la arquitectura local: mampostería irregular de pizarra reforzada con cantería en las esquinas, puertas y ventanas. Toda la cubrición exterior es de pizarra, reforzada con teja árabe en las cumbreras.
El inmueble muestra una dependencia con los pazos gallegos, como atestigua la presencia de una amplia finca o jardín, un palomar y una cabazo. No sabemos si tuvo Capilla aunque parece ser que no. Desde el punto de vista constructivo, destaca por su escasa altura, con una planta baja para almacén y servicios y otra alta que era la zona noble o de vivienda. Todos los vanos están distribuidos regularmente y son de formato cuadrangular. En su origen pudieron tener carpintería enrasada. Al exterior presenta un aspecto desornamentado, con soluciones más próximas la arquitectura tradicional que a las de la formal. Conserva un interesante cabazo de tipo Mondoñedo, poco frecuente en el concejo de Tapia de Casariego que suelen ser de tipo Ribadeo. Es de planta rectangular y escasa altura, y una cubierta de pizarra a cuatro aguas. Los lados mayores llevan listoncillos de madera y los inferiores pizarra. Apoya sobre dos muretes (pies) también de pizarra. Por tanto, el Palacio de Lindoy ejemplifica la tendencia constructiva tradicional, caracterizada por el empleo de materiales de la zona (pizarra), trabajados con rusticidad y sobriedad, sin concesiones a lo ornamental.
Es una edificación del siglo XVIII y las fechas grabadas en el palomar pueden darnos una idea del momento de su construcción: 1736-1743. El edificio presenta una planta que a primera vista nos lleva a pensar en una forma de U, aunque es mucho más compleja, ya que en su extremo oriental se prolonga en ángulo recto, paralelamente al camino. Los extremos del Palacio están unidos por una potente pared, coronada por una especie de almenas que le dan aspecto de fortificación. En el centro de ella se abre el portalón, principal punto de entrada al recinto, que da acceso a un amplio patio, y sobre él un escudo de armas. El Palacio consta de dos plantas: la inferior dedicada a cuadras y otras dependencias de servio y la alta para habitación y uso residencial. En uno de los extremos de la U se adosa la Capilla en la que no existe culto ni hay ningún objeto litúrgico, solo se sabe que es Capilla por su puerta en arco de medio punto y cruz en la clave y una pequeña tribuna. La Capilla se construyó en 1725. El escudo de la fachada parece que muestra las armas de la familia Villaamil. Lo mas bonito del Palacio es el patio, con un corredor con pies derechos de madera y galerías laterales.
En el muro testero de la Capilla hay una placa genealógica que recuerda a los miembros de la familia Villaamil de Las Nogueiras. El Palacio está cercado por una amplia y desarrollada muralla construida con mampostería irregular de pizarra, como también lo está el Palacio con sus dependencias. En cambio, la cubierta exterior es de pizarra y está reforzada con teja árabe en las cumbreras y piedras de sección piramidal, cuya función era y es evitar posibles desprendimientos. El inmueble muestra una total dependencia con los pazos gallegos, construcciones solariegas tradicionales, normalmente ubicadas en el campo y residencia de personas importantes, sobre todo de hidalgos, como atestigua la presencia de una amplia finca, un palomar y una Capilla. El Palacio de Las Nogueiras destaca por su escasa altura y todos los vanos distribuidos regularmente están cerrados con carpintería enrasada. Al exterior presenta un aspecto sólido, compuesto por varios volúmenes cúbicos sin concesiones a lo ornamental, con soluciones más próximas la arquitectura tradicional que a las de la arquitectura formal. El cabazo es de tipo Ribadeo.
La construcción del actual muelle de Tapia fue financiada por Fernando Fernández- Casariego, Marqués de Casariego y vizconde de Tapia, aunque fue su sobrino Fernando Pérez Casariego, quien llevó a buen fin la obra. El puerto de Tapia es una amplia construcción compuesta por cuatro diques o muelles, todos construidos con granito de Galicia entre 1780-1870. Todas sus características constructivas y estructurales no han variado en exceso hasta hoy día. Los diques son los de Afuera (muelle de Fora), que avanza hacia el Oeste desde la Isla del Faro, de 135 m de longitud; dique del Rocín, al Oeste, que arranca próximo a la punta de San Blas, de 105 m de longitud; dique de Entreislas, que une la Isla de Faro con tierra firme y mide 55 m; y finalmente, muelle de Tierra o de Comercio, de 140 m de longitud y con una cabeza de forma trapezoidal cuya base mide 45 m de ancho. Precisamente, ahí se ubica la casa del benefactor, Pérez Casariego. Todos ellos forman un espléndido conjunto de ingeniería. Algunas de sus partes fueron alteradas.
Antiguamente el Faro tenía una estructura casi cuadrada, de una sola planta, patio central y aljibe. Con cubierta de pizarra a dos aguas, se caracterizaba por los adornos de sillería, el remate superior de balaustrada cerrada, y la torre de granito, adosada a la cara norte, compuesta de dos cuerpos: octogonal el inferior, y decagonal el superior, separados por cornisa y balconcillo. Iniciando su proyección de luz mediados del siglo XIX (1859) .Tenia un aparato catadióptrico (Se llama Catadióptrico a un sistema óptico que utiliza una combinación de espejos y lentes con el fin de mejorar la calidad de la imagen) de tercer orden de luz fija variada por destellos de dos en dos minutos. Alcance 15 millas.
Se desarrollaron diferentes obras de mejora, a principios del siglo XX (1922) experimentó una mejora y ampliación importantes: se alargo la fachada principal se revistieron los muros con pequeños azulejos biselados, además de ser reconstruidas la cubierta de pizarra y la carpintería. Las lámparas y la máquina de rotación fueron renovadas en distintas ocasiones. El proyecto de electrificación se inicio antes de la Guerra Civil (1936-1939), pero no queda completado hasta mediados del siglo XX (1944). En 1962 se construyó una nueva torre, se remplazó la linterna y se instalo un nuevo grupo electrógeno, se incorpora la palabra “TAPIA” en la fachada norte. Es la misma apariencia que muestra el edificio hoy. La entrada principal se mantiene desde el origen en la fachada sur, con dos ventanas cada lado y la estructura sigue siendo la inicial de tres cuerpos organizados en un patio central descubierto. La linterna actual, sin aparatos sonoros posee una lámpara halógena de 1200 vatios con alcance de 25 millas en días despejados puede verse su señal desde Estaca de Bares hasta Cabo Peñas que emite tres destellos blancos cada 20 segundos.
Como obra de Ingeniería Hidráulica cabria reseñar la fuente conocida con el nombre A Fonte Nova, está constituida por una taza circular que recoge el agua que vierten dos caños.
Esta fuente surtió a la villa de agua desde el siglo XIX, cuando “la traída” era tan solo un sueño. Construida, según tradición popular, por el más benéfico de los tapiegos, Fernando Fernández – Casariego. Muchas generaciones de tapiegos acudieron a ella para aprovisionarse del preciado liquido elemento, innumerables conversaciones, tertulias e incluso noviazgos florecieron en su entorno y, en fin, una buena parte de la historia local tiene como escenario la pequeña plazoleta que rodea a este singular pilón de agua.
Tradicionalmente, el puente de La Veguina se viene considerando como de construcción romana, aunque no parece del todo claro, acaso podría ser de época medieval, como atestiguan algunas de sus características constructivas y sobre todo una de ellas que nos lleva a descartarlo como un puente de época romana: en primer lugar, la estrechez del rasante del tablero y las pendientes de entrada y de salida de la rasante. En efecto, los puentes romanos se construían con una rasante sensiblemente horizontal, siendo propio de los puentes medievales introducir pendientes. En segundo lugar, tiene un número de ojos o arcos impar (uno) con pequeños nichos laterales, más pequeños, creciendo en diámetro hasta el central que es el mayor que coincide con el punto de mayor caudal del río. Esta disposición de arcos creciente hacia la mitad genera un perfil a dos vertientes con el característico «lomo de asno». Sus arcos son de medio punto, propios de la época románica y del final de la Edad Media cuando se vuelve a imponer el arco semicircular con motivo de los nuevos aires renacentistas (en la época gótica eran ligeramente apuntados).
El puente de La Veguina se caracteriza por el empleo de dovelas uniformes en el arco central. Es un arco de medio punto que se cubre con bóveda de cañón. El puente está construido con mampostería irregular de pizarra, reforzada con cantería en el arco central.